N°14-02/06/2021 Jerusalén es desde varios días el epicentro de las protestas palestinas duramente reprimidas por las fuerzas de ocupación israelíes dirigidas hacia civiles, manifestantes y fieles,

que protestan por la situación. Como de costumbre, las autoridades israelíes están aumentando la presión contra el pueblo palestino bombardeando Gaza con su parte de víctimas civiles: ¡más de 20 muertos, incluidos nueve niños!
El origen de estas protestas es la difícil situación de decenas de familias palestinas que actualmente se enfrentan a una limpieza étnica en el barrio de Sheikh Jarrah, en el este de Jerusalén.
Jerusalén Este, que es uno de los territorios palestinos ocupados ilegalmente por Israel desde la guerra de 1967 y que está poblado mayoritariamente por palestinos, está en la mira del colonizador israelí que quiere expulsar a los palestinos y convertirla en la capital de un estado judío. "étnico". En este sentido, Israel ha recibido un fuerte apoyo de Estados Unidos, que ha instalado allí su embajada, así como los acuerdos realizados con los países del Golfo y Marruecos dieron descarga a la política israelí de apartheid y colonización. Desde este punto de vista, no quedan fuera Francia y la UE que se cuidan de no exigir, aquí, la aplicación de las resoluciones de la ONU y que se niegan a aceptar la más mínima sanción contra la política de colonización y apartheid de Israel. Frente a la agresión en curso contra los palestinos, Francia pide a las partes interesadas: "¡moderación!" »¡Colocándose de facto en el campo de los opresores!
Por tanto, son las orientaciones de la política israelí y su apoyo imperialista los únicos responsables de la situación que se observa hoy en Jerusalén. Después de haber echado por tierra los acuerdos de Oslo, los distintos gobiernos israelíes acentuaron la política de expoliación de los palestinos desarrollando una activa política de colonización de los territorios palestinos. Esta política está alimentando un desarrollo reaccionario y fascista en la sociedad israelí, así como una crisis política de la que las últimas elecciones legislativas son el último avatar. Así, a pesar de varias votaciones sucesivas, cuyas apuestas parecían más bien un referéndum a favor o en contra de Netanyahu, lo que surge es un aumento de las fuerzas adquiridas radicalmente para la colonización total de Palestina.
Esta situación solo puede conocer un desarrollo negativo y peligroso para la paz, ya que Israel representa una apuesta para los imperialistas occidentales en su voluntad de dominar el Medio y el Cercano Oriente. La única forma de prevenir este desarrollo es, en primer lugar, la plena solidaridad con las luchas del pueblo palestino por el reconocimiento de su derecho a la existencia de un estado palestino independiente y la lucha decidida contra el imperialismo en general y el de Francia en particular.